Antes de volver a postular, es importante que el joven analice las razones que le impidieron alcanzar la meta y haga las correcciones pertinentes. Dos expertas en orientación vocacional nos dan algunos consejos para sobrellevar esta etapa.
Para muchos jóvenes, la ilusión de postular a la universidad puede convertirse en una verdadera pesadilla si no se consigue el resultado esperado. “Muchos se frustran por no ingresar y hasta piensan que es el fin del mundo, pero no lo es”, explica Mónica García, Managing Partner de Phutura.
Las razones para no ingresar pueden ser muchas. “Aunque parezca descabellado, a algunos jóvenes se les olvida la fecha del examen. En mi experiencia, es común ver personas que no están pendientes de sus propias responsabilidades. Por lo general, son los padres quienes están detrás de ellos”, explica.
Hay otros que no ingresan por el alto grado de complejidad de los exámenes de admisión de algunas universidades; y están los que no pasan porque se pusieron nerviosos en las entrevistas personales. “Las razones pueden ser muchas. Lo importante es que las podamos determinar a tiempo”, añade García.
Para Lesly Huamanchumo, psicóloga clínica de Cognittiva, existen varios factores que influyen en el éxito o fracaso de una postulación:
A fin de prevenir estas situaciones, Huamanchumo recomienda que el futuro estudiante se apoye en todos los recursos que tiene a la mano. En este caso, se sugiere tener en cuenta aspectos como:
🧔Los eternos postulantes
Aquí surge la pregunta: ¿hay un número limitado de veces que un chico debería postular a la universidad? Para la representante de Cognittiva, tal número no existe.
"Sin embargo, si el estudiante no obtiene resultados satisfactorios después de varios intentos, lo más probable es que exista un problema detrás que debería ser abordado antes de embarcarse en un nuevo proceso de admisión", dice Huamanchumo .
“Un joven no debería postular más de tres veces. Si se prepara de forma consciente, debería de ingresar. Por eso es importante que haya antes una corrección y un autoanálisis de las razones por las cuales no alcanzó la meta”, afirma la ejecutiva de Phutura.
También existe la posibilidad de que un joven no esté hecho para enfrenar un examen de admisión. Hay gente que simplemente no ha nacido para la vida universitaria, y eso es normal.
Lo que no es normal es quedarse sin cumplir el sueño de estudiar por temor a un examen de admisión. García asegura que el miedo no resuelve nada. Si alguien no está listo para enfrentar un examen de admisión, debe hallar el origen de ese miedo y buscar una solución.
👫El rol de los padres
Los padres deben cumplir un importante apoyo emocional en esta etapa. “En mis grupos de trabajo he notado que muchos papás les dan sus hijos la posibilidad de tomarse un año sabático, dada la ansiedad que observan en ellos. No obstante, esa ansiedad no la producen los propios padres, sino la sociedad misma”, comenta García.
Por todo ello, es muy importante fomentar un diálogo empático y lleno de paciencia en la familia. Los padres deben compartir sus experiencias y contarles a sus hijos que ellos también vivieron situaciones de miedo y angustia. “Esos pequeños gestos pueden hacer una gran diferencia”, sentencia la ejecutiva de Phutura.
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