Por: Jimena Canales
Gerente de Contenidos y Servicios en Claro Perú
¿Quién no ha caído en el confort de sus convicciones? ¿Son nuestras creencias predominantes las que determinan nuestras decisiones? ¿Preferimos tener razón a cuestionar nuestras propias ideas?
"Piénsalo otra vez", el último libro de Adam Grant, ofrece una invitación a reflexionar sobre aprender y desaprender: una travesía vital para el bienestar y crecimiento personal.
Este escrito me deja enseñanzas y consejos aplicables en diversas situaciones y etapas de la vida:
1.- Buscar segundas opiniones.
Así como buscamos diferentes opiniones médicas ante un diagnóstico, también debemos cuestionar nuestras ideas más arraigadas. Aún si eso conlleva a no estar en lo cierto, nos llevará a poner en práctica la reconsideración.
2.- Los críticos son tus aliados.
Por lo general, tenemos tendencia a rodearnos de quienes refuerzan nuestros puntos de vista, y no nos sentimos cómodos con quienes los ponen en duda. Debemos tener la apertura de prestar atención a esos críticos, pues favorecen la apertura de nuestra mente.
3.- Escuchar antes que hablar.
Preguntemos ‘‘cómo’’ en lugar de ‘‘por qué’’, para entender a nuestros interlocutores. Pidamos que nos expliquen sus opiniones, lo que difiere de las nuestras, y qué los llevaría a cambiar de posición. Dichos espacios generan oportunidades de repensar nuestras creencias.
4.- Conversaciones saludables.
Suele costarnos aceptar que existen varias versiones de un hecho y que las ideas contrarias coexisten. La conversación -sin escudos- es una fuente de aprendizaje. La negación de esta elimina la posibilidad de cocrear nuevos puntos de vista. Por ello, es sumamente valioso hablar de cómo se dan las conversaciones para enriquecer el proceso.
5.- Replantear el futuro.
Desarrollar la capacidad de replantear nuestras acciones, con el fin de que nuestras decisiones no sean el resultado de aferrarnos a objetivos o creencias establecidas tiempo atrás. Dediquemos tiempo a hacer estas revisiones de forma periódica.
En síntesis, la capacidad de reconsiderar es clave para el desarrollo de las personas, y una muestra visible de su evolución.
Como eternos aprendices, recordemos que el aprendizaje requiere de humildad, y también de valentía para darnos la oportunidad de desaprender.