José Miguel Marchena
Gerente de Innovación y Desarrollo en ISIL
Cuenta Toni Nadal que, en una ocasión, durante un torneo en Terrassa, un Rafael muy joven, estaba perdiendo un partido y no había reparado en que tenía la raqueta rota, con el marco totalmente roto y, claro, no era capaz de meter una sola bola dentro de la cancha.
Toni lo advirtió y le cambió de raqueta, aunque igual Rafael perdió aquel partido, Toni le preguntó a su sobrino cómo era posible que, con los años que llevaba jugando al tenis, no se hubiese percatado de que estaba utilizando una raqueta rota.
La respuesta de Rafael –como el propio Toni la describe- fue muy elocuente: “Estoy tan acostumbrado a tener siempre la culpa yo, que para nada me hubiese imaginado que era la raqueta la que me hacía fallar”.
Rafael Nadal creció con la idea de que la responsabilidad siempre era suya, la asumió y la ejerció correctamente.
Creció sabiendo que no debía buscar excusas, porque el peligro de buscar excusas es que es altamente probable que las encuentres. “Nadie gana un partido con excusas” afirma Toni.
Toni Nadal, es el Nadal menos famoso, es “el tío de Rafa”. Sin embargo, Toni ha sido una pieza fundamental en el éxito de Rafael, no solo por haber sido su entrenador desde el inició de su carrera, principalmente, sino por convertirse en su mentor, en su guía, en un padre deportivo y eso ha tenido un impacto mucho más importante, a no dudarlo.
La influencia de Toni ha convertido a Rafael Nadal en un deportista de elite, en un tenista multipremiado y lleno de récords, pero, sobre todo, en un hombre con un carácter inquebrantable. “El carácter se forma con la dificultad” dice Toni muy a menudo y no le falta ninguna razón.
Hay historias extraordinarias en el deporte que rebasan los linderos de un campo de juego, en este caso uno de tenis, y que con mucha facilidad les podemos encontrar sorprendentes coincidencias con lo que sucede en nuestro ámbito personal y profesional.
Carácter, responsabilidad, trabajo en equipo, mejora constante, aprendizaje permanente y entrenamiento mental, son solo algunas de las lecciones que podemos llevarnos de este caso.
Hacen falta en las organizaciones más personas como Rafael y Toni. No sé ustedes, pero yo los quiero a los dos siempre en mi equipo.