Por: Jimena Canales
Gerente de Contenidos y Servicios en Claro Perú

Luego de dedicarme por varios años al desarrollo de negocios y productos de aprendizaje en el sector educación, he asumido un nuevo reto profesional en el sector de las telecomunicaciones. 

Si bien ambas industrias tienen en común que son esenciales, cada una provee soluciones con talentos, tecnologías, procesos y reglas ad-hoc. 

Este cambio me abre un espacio para reflexionar y poner en valor las denominadas ‘‘transferable skills’’ o habilidades transferibles.

Según UNICEF (2020), estas habilidades son imprescindible para adaptarse a los diferentes contextos de la vida, y tienen el potencial de transferirse a distintos ámbitos laborales o sociales. 

Esta concepción permite que entendamos a estas habilidades como un puente hacia nuestro crecimiento profesional y personal.

El marco propuesto por UNICEF categoriza las habilidades transferibles en:

• Habilidades cognitivas: referidas a resolución de problemas, toma de decisiones, planificación.
• Habilidades sociales: respecto a comunicación, negociación, resolución de conflictos.
• Habilidades emocionales: que tienen que ver con comprensión y regulación de emociones propias, empatía hacia los demás, gestión del estrés.

¿Cómo desarrollamos habilidades transferibles? Esto ocurre a lo largo de la vida, en diferentes contextos y formatos, dentro y fuera del aula. 

En ese sentido, puedo afirmar que este tipo de destrezas se adquieren y ejercitan progresivamente, a medida que enfrentamos cambios e incorporamos el aprendizaje de forma coherente en nuestros pensamientos y acciones.

Por lo tanto, este conjunto de habilidades son una huella dactilar única e irrepetible. Por ello, las habilidades transferibles nos acompañarán en nuevos sectores, roles y proyectos. No perdamos la oportunidad de reconocerlas y revalorarlas.